Entrevista 1- Rita Cortiñas
Vecinos de Chacarita: la lucha por preservar su calidad de vida y el entorno urbano.
"Desde el movimiento, buscamos frenar el nuevo código urbanístico de la Ciudad. Están colapsando los servicios, podemos ver el aumento del daño ambiental y cada vez hay más inundaciones en el barrio. Estas son las problemáticas principales de nuestro reclamo"
En un esfuerzo por mantener su calidad de vida y defender el entorno ambiental que los rodea, los habitantes del barrio Chacarita, presentaron un proyecto para regular el avance de la construcción inmobiliaria. Para esto, conformaron una agrupación llamada "Colectivo Amparo Chacarita" que lidera esta iniciativa. Centrándose en reducir alturas de nuevas edificaciones, preservar áreas centrales de las manzanas y limitar algunos usos del suelo, en desacuerdo con el Código Urbanístico actual.
En un intento por mejorar su calidad de vida y proteger el entorno ambiental de su querido barrio, los vecinos de Chacarita, pertenecientes a la Comuna 15 de la Ciudad de Buenos Aires, decidieron actuar ante el avance descontrolado de la construcción inmobiliaria. Para entender esta problemática, la vecina Rita Cortiñas, brindó información sobre la vida en el barrio. De esta forma, se busca frenar el impacto negativo que tiene el actual Código Urbanístico en Chacarita.
"Yo elegí este barrio para vivir hace más de 40 años, llevo la mitad de mi vida en él. Es un barrio que amo y defiendo. Si lo llenan de edificios, va a ser muy difícil que las familias que vengan puedan criarse al igual que lo hizo la mía, en un barrio tranquilo.", declara Rita Cortiñas, una vecina de Chacarita que se unió al movimiento.
El Colectivo, organiza reuniones convocando a los vecinos en diferentes espacios culturales, con el objetivo de hacer frente a un negocio inmobiliario descontrolado que parece no tener límites. Luego de la aprobación del actual Código Urbanístico porteño, el colectivo juntó fuerzas para impulsar un proyecto de ley que modifique el código y lo ajuste a las necesidades reales de los vecinos.
El debate sobre el Código Urbanístico y el nuevo Código de Edificación comenzó en 2018, basándose en una planificación urbana desactualizada y parcial, que no reflejaba las verdaderas condiciones y necesidades de la ciudad. Comenzó con el Plan Urbano Ambiental (PUA) elaborado en 2009, el cual debería actualizarse cada cinco años, pero nunca contó con dicha actualización. Esto dejó al PUA, y a su vez, al Código Urbanístico, obsoleto.
La vecina sostiene que, desde el comienzo, tanto el Código Urbanístico como el de Edificación se crearon para favorecer a las inmobiliarias, dándoles seguridad jurídica y futuros negocios. Las políticas de blanqueo inmobiliario y el aumento de la capacidad constructiva, que plantea el código, reflejan estos intereses. Sin embargo, según vecinos de la agrupación, hay antecedentes que demuestran que se pueden reducir las alturas máximas de los edificios, como se vió en la ley aprobada el año pasado gracias a la lucha de los Vecinos Unidos de Núñez y otras organizaciones vecinales.
"Desde el movimiento, buscamos frenar el nuevo código urbanístico de la Ciudad. Están colapsando los servicios, podemos ver el aumento del daño ambiental y cada vez hay más inundaciones en el barrio. Estas son las problemáticas principales de nuestro reclamo", expresa con firmeza Rita. Alarmando sobre el impacto negativo que generó la construcción desmedida de nuevos edificios en diferentes partes del distrito, desde 2018, cuando se sancionó el código.
A principio de año, el Colectivo Amparo Ambiental Chacarita, presentó un proyecto de ley ante la Legislatura porteña (Exp 1199-P-2023), buscando volver a las condiciones anteriores de la sanción del nuevo código urbanístico.
"Esta asociación, empezó cuando nos dimos cuenta que había muchas obras en construcción y muchos terrenos en venta. Este es un barrio de casas bajas, no de edificios. Antes los pocos edificios que se construían eran de hasta tres pisos como máximo, y ahora, está habilitado que construyan torres", explica la vecina Cortiñas. Los cambios en Chacarita fueron impactantes, viendo un cambio abrupto de casas bajas, por construcciones de mayor altura.
"Cuando se reducen los pulmones de las manzanas y se avalan las construcciones en las esquinas, vemos el impacto repentino en el área. Es por eso que cada vez más vecinos se suman a la movilización.", agrega Rita. El proyecto presentado por el colectivo tiene tres aspectos fundamentales: la reducción de alturas de las nuevas construcciones, la protección del corazón de las manzanas y la limitación de ciertos usos. La agrupación, busca mantener el barrio que eligieron como hogar para sus familias, y se rehúsan a ver cómo desaparecen estos espacios que lo representan.
Otra gran preocupación es el manejo del agua en el barrio. A lo largo de los años, Chacarita dejó de sufrir inundaciones gracias a mejoras en su infraestructura. Pero la construcción de edificios y la pavimentación de calles están alterando lo logrado. "Al construirse más edificios y pavimentar las calles, filtra menos el agua y se inunda todo mucho más.", señala la vecina. Esta preocupación es compartida por muchos otros vecinos del colectivo, que observan el desgaste de los servicios básicos en su barrio.
Esto, no ocurre solo en Chacarita, sino que se puede ver cómo la lucha de otros barrios logró detener la construcción desmedida en Núñez y Belgrano. Sin embargo, mientras el proyecto de los vecinos de la Comuna 15 se encuentra en la Legislatura porteña, las grandes inmobiliarias continúan avanzando con nuevos emprendimientos en el barrio a un ritmo acelerado.
"Lo que nos preocupa es la escala y la rapidez con la que están avanzando. El problema no solo es nuestro, está pasando en toda la Ciudad", advierte Rita, consciente de la magnitud de la situación. La vecina sostiene que ya están colapsando algunos de los servicios esenciales, como la presión del agua y los cortes de luz. Para tener buena presión del agua, se necesitan más bombas, lo que trae un mayor consumo eléctrico, que a su vez deriva en cortes masivos de luz en toda la Ciudad.
Sumado a esto, el 11 de mayo, la legislatura porteña, aprobó la eliminación del 80% del impuesto a la plusvalía para los desarrollos inmobiliarios destinados a vivienda en varios barrios de la ciudad. "Esto puede empeorar mucho más nuestra situación, ya que las inmobiliarias no estarían obligadas a aportar una parte significativa de sus ganancias a la Ciudad, a través de este impuesto" sostiene Rita.
De esta forma, se puede ver cómo los vecinos de Chacarita están en plena lucha, buscando proteger su calidad de vida y el lugar que eligieron para vivir. El desafío es grande, pero están dispuestos a resistir y a trabajar colectivamente para frenar el avance descontrolado de la construcción y las consecuencias para su barrio. En la actualidad, los vecinos siguen realizando asambleas vecinales para dar a conocer su malestar, con el fin de llegar a la Legislatura porteña y que escuchen sus reclamos.